A pesar de que su nombre diga en qué momento se utilizan, hay muchas personas que desconocen la relevancia que tienen los neblineros y en qué otros momentos se deben encender.
Para eso, es crucial entender que la neblina es una de las condiciones climáticas más peligrosas para los conductores y una de las que produce más accidentes. Esto debido a que reduce la visibilidad, dificulta la identificación de riesgo y puede confundir a los conductores al dimensionar las distancias.
A raíz de este problema, surgen las luces neblineras, que se componen de dos partes: una lámpara y un foco. Estas están posicionadas de tal forma que el haz de luz puede atravesar la bruma intensa. Normalmente, están ubicadas en el parachoques, debajo de las luces principales, y en algunos casos, algunos vehículos cuentan con este tipo de focos en la parte trasera del vehículo.
Los faros antiniebla tienen como objetivo mejorar la visibilidad cuando hay niebla en la ruta u otras condiciones meteorológicas, como la lluvia intensa, la nieve, nubes de polvo o incluso el humo espeso; para que el automóvil pueda ser percibido por los otros conductores. En ningún momento, los neblineros buscan proporcionar mayor luz en la ruta para quien conduce.
¿Por qué es recomendable su uso?
Su uso es muy recomendado, puesto que en presencia de alguna de las circunstancias mencionadas anteriormente, los neblineros entregan mayor luminosidad que las luces normales del auto. Es así como este accesorio puede ser uno de los más efectivos para prevenir accidentes cuando los conductores tienen menor visión de la ruta.
Sin embargo, en muchas ocasiones, hay personas que hacen mal uso de estos focos porque los utilizan cuando las condiciones climáticas no las requieren. El problema de esto, es que los faros antiniebla, al entregar una luz más potente, pueden llegar a encandilar a los demás conductores. Es por eso que cuando hay una buena iluminación y un clima óptimo no son necesarias.
Legislación vigente
En Chile los neblineros no son obligatorios en los vehículos, ya que como estipula el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones en el Decreto 22, los vehículos motorizados están obligados con tener en la parte delantera dos focos para proyectar luces bajas y altas, dos luces de estacionamientos y dos destellantes de viraje.
Mientras que en la parte trasera se exigen dos luces de estacionamiento, dos destellantes de viraje, dos de frenos, dos de retrocesos, dos luces rojas fijas y una para iluminar la patente. En 2017, hubo una modificación que permite solo contar con una luz trasera de retroceso.
Por lo tanto, su uso no es obligatorio por ley. A pesar de eso, este accesorio puede ser adherido al auto y cómo mencionamos anteriormente, su uso puede marcar la diferencias bajo ciertas condiciones climáticas, incluso llegando a ser la forma más efectiva de evitar accidentes en estos casos.