Antes de conocer cuáles son los principales síntomas de una correa de distribución en mal estado, es necesario que sepamos dónde está ubicada y qué funciones cumple. ¿Por qué? Porque los automóviles operan gracias a sistemas complejos, donde el desperfecto de una sola pieza podría afectar o dañar el funcionamiento completo del vehículo.
De esta manera, la correa de distribución cumple un rol fundamental. Además de coordinar los tiempos del motor, transmite el movimiento y la fuerza mecánica de este hacia el resto de los componentes, con el objetivo de poner en marcha al automóvil.
Se trata de una pieza que, por lo general, está fabricada de caucho de fibra y que suele tener una vida útil determinada (según cada fabricante). Existen ciertos indicios que nos permitirán detectar si está fallando o no. Sin embargo, a diferencia de otras piezas, la correa suele estar más oculta, dificultando la inspección visual de los usuarios.
Por este motivo, uno de los síntomas que nos podrían indicar que la correa presenta desperfectos es, precisamente, que emita ruidos. ¿Cómo lo identificamos? Es un sonido que proviene del motor y que simula el “tic-tac” de un reloj, pero de manera continua y acelerada. Un evidente indicio de que la tensión de la correa no es correcta, es decir, que ya cumplió su vida útil.
Si tu automóvil tiene este ruido lo más recomendable es que no lo utilices y que llames a una grúa para llevarlo a un taller de confianza. Puede que esto signifique un costo adicional a la reparación, sin embargo, una correa en mal estado podría provocar daños irreparables en el motor.
Ahora bien, existen otros síntomas mediante los que también podremos detectar si es que nuestro automóvil está fallando a nivel de la correa de distribución:
De esta forma, si al girar la llave el motor no logra encender, pese a efectuar los ruidos habituales, es porque existe una alta probabilidad de que la correa esté desgastada o rota. Este desperfecto impide que la energía producida por el motor de arranque sea traspasada hacia el resto de los componentes.
Siempre es mejor recurrir a nuestro técnico de confianza para que identifique, de manera adecuada y precisa, el código de dicha falla.
Si el automóvil presenta alguno de estos síntomas, lo mejor es siempre acudir donde nuestro mecánico de confianza. Dejar pasar el tiempo y omitir cualquier ruido o señal de advertencia terminará por costarnos más caro que el reemplazo de la correa de distribución.